“IMPORTANCIA DE LA IDENTIDAD”
La identidad es sentirse en casa, con otras personas con quienes se puede convivir y compartir la cultura. Según las encuestas internacionales para la mayoría de la gente la identidad es un sentimiento importante, sobre todo en un mundo globalizado en el que flujos de poder, de dinero y comunicación hacen depender mucho nuestras vidas.
Existen distintas identidades de origen: familiar, étnicas, religiosas, nacionales, regionales, locales, políticas, culturales, sexuales y una larga lista, para mencionar.
También es claro que las identidades no solo se reciben de la sociedad, sino que también se pueden construir individualmente. Pero se construyen con elementos de la experiencia, de la práctica compartida, de la biología, de la historia, del territorio, de todo lo que hace nuestro entorno y el entorno de nuestros ancestros. Cuanto más arraigada este materialmente una identidad, más fuerza y poder tiene una decisión individual sobre otra, o un saber sobre otro.
La importancia de conservar la identidad, es precisamente, expresarle al otro, aquí estoy, estas son mis cualidades y espero me comprendas como lo hare contigo. Que los valores culturales de cada persona, se respeten moralmente, no desde lo material, sino desde lo espiritual y desde la conciencia, y que formativamente se pueda en realidad, iniciar en esta nueva sociedad, un trabajo colectivo de aceptación y comprensión.
Porque no gana aquel, que se impone con el color, con la altura, o el conocimiento sino el que sabe valorar el significado de la identidad. Aquel que utiliza la globalización como fuente de transformación y dialogo, y no como herramienta para aplastar y acabar una sociedad. En un mundo como el de hoy es necesario, hombres y mujeres que sacrifiquen su tiempo y su labor, arraigándose doblemente en su identidad, para rescatar y promover actitudes culturales, que contribuyan socialmente, con el fortalecimiento integral y el mantenimiento de las costumbres tradicionales tanto materiales como espirituales.
Personas que se comprometan desde el sentir de sentimientos, que va más allá del sentido de pertenencia y revelen sin pena alguna, su forma de vida, sus conocimientos propios y ancestrales. Porque no hay nada más interesante y mágico, cuando se le pregunta, si se pertenece a una cultura, etc. Y que podamos, a pesar de nuestras diferencias, reconocernos como seres de un mismo prototipo, creados para un solo fin, viviendo en armonía como humanos que interactúan y se aúnan para el bien colectivo.
Es mediante el arte y la educación que se podría trabajar periódicamente, para conservar y promocionar los símbolos, los mitos, las artesanías, y demás expresiones que conforman el escenario de una identidad, social y cultural.
LA IDENTIDAD DESDE EL ARTE...
Según el filosofo Nietzsche, “el arte tiene el poder de producir sensaciones y representaciones de la existencia, que nos posibilitan vivir”.
El arte nos permite como el mito, tocar el misterio del mundo, su lucidez, el placer y la alegría. Nos permite entrar y penetrar en busca de respuestas prohibidas, que nos mantienen y nos dan el aliento de vivir. Y esto unido también, a una búsqueda de soluciones a las dificultades que tanto nos atropellan y amenazan nuestra supervivencia.
Es a través del arte, que sustancialmente, una cultura o sociedad consigue sobrevivir, crear y promocionar su propia identidad. Es mediante los quehaceres humanos, como las artesanías, las costumbres y demás expresiones, que se puede generar vivencia típica, se puede lograr crear una identidad natural de carácter cultural. Una identidad arraigada, bajo los principios de una etnia, una familia o una persona, que por estar la base tejida y construida con hilos de nailon, debe ser original y diferenciarse de las demás.
El arte ha sido el artefacto o medio que posibilita a todas las culturas originarias, subsistir y pervivir en medio de la aculturación. Así mismo, el arte le da vida a la identidad, ayuda a promoverla y a trascenderla.
La identidad vista desde el arte, es una obra simbólica, que se puede propagar, socializar y también se puede cristalizar. La historia es historia por el arte, las culturas las hemos conocido por lo que han hecho y todo lo que hace el hombre, está claramente definido, como una expresión del arte: la música, la danza, los mitos, las vestimentas, las vasijas, las esculturas, las viviendas, los ritos, y otros elementos más que se han podido conocer mediante el.
De cualquier forma, la identidad adquiere fuerza y poder es por el arte, porque es el motor principal por donde fluye y se impulsa la cultura. Los primitivos, Los griegos y los precolombinos dejaron imborrablemente su identidad, a través de las expresiones artísticas y hoy es posible gracias al arte, poder observar, conocer y comparar después de muchos siglos, los diferentes modos de vida de esas culturas.
“Una imagen dice más que mil palabras, y una cultura sin arte tiende a desaparecerse en su tiempo, porque es a través de la expresión del hombre que somos testigos del momento”.
LA IDENTIDAD DESDE UNA EDUCACION PROPIA ...
El proceso de globalización como se sabe, se ha expandido en todo el continente. La gran lucha de las culturas ha iniciado y es probable que los países pequeños que no tienen definida su identidad, podrían ser devorados por aquellas grandes potencias, que se dedican constantemente a difundir a través de medios tecnológicos y propagandas masivas, su identidad cultural. Con el objeto de vender y a la vez promover, objetos, modelos de vida, y espacios turísticos que le proporcionen una mejor economía, un mejor desarrollo social y una ventaja cultural.
De modo que los pequeños países, en progreso están destinados a realizar cada vez las cosas de manera eficiente, de lo contrario cada paso en falso que haga, puede costarle toda la vida. Es decir, la identidad debe trabajarse profundamente, desde dos ángulos sumamente importantes, desde la cultura como tal y desde la educación.
Creemos naturalmente, que una buena educación basada, desde los principios y conocimientos culturales, está pensada a soportar una globalización que promete ser devastadora, pero también integradora. Y es ahí donde reside el gran problema, porque muchas de las personas que conocemos y desconocemos el significado de la palabra globalización, terminamos por decir y defender que globalizar, es universalizar o definiendo el concepto de un diccionario:
Globalización: Tendencia de los mercados y de las empresas a extenderse, alcanzando una dimensión mundial que sobrepasa las fronteras nacionales. Microsoft® Encarta® 2009.
Pero lo cierto es, que por ningún lado de las definiciones se menciona el término de la palabra cultura, como si lo que se extendiera sencillamente fueran las empresas y los mercados, y es este uno, de los grandes disfraces que se utiliza detrás de la fachada global.
Se puede señalar entonces, que una identidad fortalecida desde una educación cultural propia, significa que está preparada para afrontar los retos y desafíos modernos que nos trae la vida, lista para recibir desde afuera, cualquier oleada de propagandas artificiosas, de tecnologías, costumbres, y religiones que puedan perjudicar nuestra originaria identidad.
De hecho, que se pueda desde luego tomar lo necesario y rechazar lo sobrante. Sabiendo escoger lo que en verdad se necesita para mejorar lo nuestro y no terminar excluyendo una cosa por otra. Porque sería traicionar nuestras propias creencias como se ha venido haciendo en nuestra cultura en la parte religiosa.
Es importante fomentar una educación intercultural, que se preocupe por fortalecer activamente y promover persistentemente, los conocimientos ancestrales étnicos, y con un aporte de las herramientas facilitadas del intercambio global, crear y alimentar nuestra propia identidad.
Una educación permanente, forjada desde la niñez, comprometida desde la sangre, con los valores y los conocimientos de la cultura y así se pueda combatir y defender culturalmente nuestra manera de pensar.
Que cada padre, cada madre y facilitador, trabajen bajo un mismo propósito, una educación centrada y consecuente que este inspirada en el amor por la cultura y la identidad.
FREDDYS OJEDA JAYARIYU
Maestro en Artes Visuales
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